Salaheddine Lemaizi
À Ras Asfour, des migrant-e-s meurent de froid
Douze migrants originaires de pays d’Afrique subsaharienne ont trouvé la mort de froid et de faim dans des vallées glaciales de Ras Asfour, (province de Jerada, à l’est du Maroc), non loin de la frontière avec l’Algérie. Ils ont été enterrés dans des tombes sans nom.

mardi 16 décembre 2025

Palestina – Sáhara Occidental: la propaganda frente a los hechos

 Esto es lo que puede leerse en el sitio marroquí Hespress FR del 14 de diciembre. Una auténtica joya sacada de la caja fuerte de la propaganda majzení. A continuación, la réplica de Solidarité Maroc.

La izquierda radical palestina se alinea con las posiciones argelinas hostiles a Marruecos


Nader Al Qaisi

El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), componente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ha vuelto a mostrar su alineamiento con la tesis separatista defendida por Argelia en relación con el Sáhara marroquí. Esta postura fue asumida públicamente por su representante en Argel, Nader Al-Qaisi, durante un acto organizado con motivo del 48.º aniversario de la creación del movimiento, en presencia de representantes del Polisario.

Según una publicación de la agencia de prensa del frente separatista, Al-Qaisi afirmó que «la lucha de los pueblos palestino y saharaui sería común por la libertad y la autodeterminación», reproduciendo palabra por palabra la retórica argelina sobre un expediente que, sin embargo, está encuadrado por procesos claros de la ONU y por un consenso internacional cada vez más favorable a la solución marroquí.

Esta toma de posición revela, según varios observadores, las profundas contradicciones de una corriente política palestina que durante mucho tiempo basó su legitimidad simbólica en las nociones de unidad árabe y de lucha colectiva contra la fragmentación, mientras que hoy apoya un proyecto separatista que atenta contra la integridad territorial de un Estado árabe.

No es la primera declaración de este tipo. A mediados de 2024, el mismo responsable había acusado a Marruecos, en medios argelinos, de «colusión» con Israel, llegando incluso a calificar al Reino de «potencia ocupante» en el Sáhara, declaraciones que ya habían suscitado la indignación en círculos diplomáticos palestinos.

Estas declaraciones se producen de manera paradójica en un momento en el que el FPLP llama, en un reciente comunicado político, a «ampliar la movilización árabe e internacional en favor de Palestina» y a «reconstruir la unidad nacional palestina» mediante una profunda reforma de la OLP y de sus instituciones, supuestamente destinada a poner fin a las divisiones internas.

La OLP desautoriza una deriva individual

Contactado por Hespress, un responsable [anónimo, claro] de la Organización para la Liberación de Palestina quiso tomar distancia de estas declaraciones, afirmando que «las palabras de Nader Al-Qaisi solo lo comprometen a él».

«La OLP, en tanto que marco representativo del pueblo palestino, siempre ha expresado su apoyo claro y constante a la unidad territorial del Reino de Marruecos, incluido el Sáhara», declaró.

Recordó igualmente que la posición oficial palestina se inscribe en el respeto de las decisiones de la legalidad internacional, incluida la última resolución del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara, añadiendo que «estas orientaciones son plenamente coherentes con el enfoque mayoritario del mundo árabe y musulmán».

Para el responsable palestino, «los llamamientos a la división y al fomento de proyectos separatistas que apuntan a un país hermano como Marruecos no solo son irresponsables, sino que también perjudican la unidad árabe a la que el pueblo palestino aspira».

Esta salida, en definitiva sin importancia ni consecuencias, confirma una vez más que el expediente del Sáhara es instrumentalizado por ciertos actores ideológicos al servicio de agendas regionales precisas, en detrimento de la coherencia política y de la solidaridad árabe que, sin embargo, dicen defender.


Palestina – Sáhara Occidental: una solidaridad anticolonial discreta pero estructural

Desde el reconocimiento político de los años setenta hasta el apoyo militante contemporáneo, los vínculos entre el movimiento nacional palestino y el Frente Polisario se inscriben en una historia larga de solidaridades anticoloniales, hoy marginadas por las recomposiciones geopolíticas regionales.

Una solidaridad nacida en el Tercer Mundo revolucionario

La relación entre la causa palestina y la lucha del pueblo saharaui no es ni anecdótica ni oportunista. Se inscribe en el marco más amplio de los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo, surgidos en las décadas de 1960 y 1970 sobre una base común: anticolonialismo, autodeterminación y rechazo de las anexiones territoriales.

Cuando el Frente Polisario se funda en 1973 para luchar contra la colonización española del Sáhara Occidental, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ya es un actor central del Movimiento de los No Alineados y un símbolo internacional de la resistencia a la ocupación. Muy pronto, cuadros saharauis y palestinos coinciden en las mismas conferencias internacionales, foros de solidaridad y redes militantes transnacionales.

1975: la anexión del Sáhara Occidental como precedente político

El año 1975 marca un punto de inflexión. Mientras la Corte Internacional de Justicia rechaza cualquier soberanía marroquí o mauritana sobre el Sáhara Occidental, Marruecos lanza la Marcha Verde y procede a la ocupación del territorio.

Para la OLP y las organizaciones palestinas de izquierda, este acontecimiento se interpreta inmediatamente como una anexión territorial contraria al derecho internacional, en clara resonancia con la experiencia palestina frente a la ocupación israelí. El Sáhara Occidental pasa a ser percibido como un proceso de descolonización inconcluso, comparable a Palestina en su dimensión jurídica y política.

Años setenta y ochenta: reconocimiento político y solidaridad militante

Durante este período, la solidaridad palestina con el pueblo saharaui es explícita y asumida. La OLP reconoce al Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui, mientras que organizaciones como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) expresan un apoyo sin ambigüedades.

Palestina y el Sáhara Occidental son presentados con frecuencia como dos frentes de una misma lucha contra el colonialismo y la expansión territorial.

Oslo y la diplomacia de la cautela

Los Acuerdos de Oslo de 1993 suponen una ruptura. La OLP, inmersa en una estrategia de reconocimiento internacional y construcción estatal bajo fuertes restricciones, adopta una diplomacia prudente, preocupada por no deteriorar sus relaciones con determinados Estados árabes, entre ellos Marruecos.

Sin renunciar nunca al principio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, la Autoridad Palestina reduce sus declaraciones públicas sobre el Sáhara Occidental. La solidaridad se desplaza entonces hacia espacios menos visibles.

La izquierda palestina, garante de la continuidad

Son principalmente las fuerzas palestinas de izquierda, los sindicatos, los intelectuales y los medios universitarios quienes mantienen viva esta solidaridad. El FPLP, el FDLP y el Partido del Pueblo Palestino continúan considerando la causa saharaui como una cuestión central de descolonización y de respeto del derecho internacional.

Normalización y reactivación militante

La normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel en 2020 actúa como catalizador. Provoca una fuerte reacción crítica en la sociedad palestina y reaviva el interés militante por la causa saharaui, especialmente en los movimientos BDS y en las redes de derechos humanos.

Una solidaridad estructural

Lejos de ser coyuntural, la relación Palestina–Sáhara Occidental se basa en una afinidad estructural: rechazo de las anexiones, centralidad del derecho internacional y experiencia compartida de la ocupación.

Conclusión

La solidaridad palestina con el pueblo saharaui no ha desaparecido: se ha desplazado. Ya no se expresa principalmente en las cancillerías, sino en los movimientos, las ideas y las luchas. En este sentido, sigue siendo un referente político y moral vivo.

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